La autoexploración mamaria es una herramienta importante para que las mujeres conozcan su cuerpo y detecten cualquier cambio en sus senos que pueda ser un signo de alerta. Aunque no reemplaza las mamografías o las revisiones médicas regulares, la autoexploración es un hábito sencillo que puede ayudarte a identificar a tiempo posibles alteraciones. A continuación, te explicamos cómo hacerla correctamente y qué debes tener en cuenta.
¿Por qué es importante la autoexploración mamaria?
La autoexploración mamaria te permite conocer el aspecto y la textura normal de tus senos, lo que facilita la identificación de cambios anormales. Detectar una masa o un cambio en los senos no significa necesariamente que sea cáncer, pero es una razón para acudir a un profesional de la salud.
El cáncer de mama es más tratable cuando se detecta a tiempo, y aunque la autoexploración no es un diagnóstico definitivo, contribuye a la detección temprana.
¿Cuándo realizar la autoexploración?
Lo ideal es hacer la autoexploración mamaria una vez al mes, preferiblemente después de la menstruación, cuando los senos están menos hinchados y sensibles. Si ya no tienes el periodo, establece una fecha fija cada mes para recordarlo. La constancia es clave para notar cualquier cambio en tus mamas.
Pasos para realizar la autoexploración mamaria
A continuación, te detallamos los pasos para realizar una autoexploración mamaria correcta:
1. Observación frente al espejo
- Colócate frente a un espejo con los brazos relajados a los lados.
- Observa el tamaño, la forma y el contorno de tus senos. Es normal que uno sea ligeramente más grande que el otro, pero debes prestar atención a cambios como la aparición de bultos, hoyuelos, enrojecimiento o diferencias en el aspecto de la piel.
- Levanta los brazos sobre la cabeza y observa si notas algún cambio en la forma de tus senos, especialmente hundimientos, protuberancias o irregularidades en el contorno.
- Luego, coloca las manos en las caderas y presiona firmemente para contraer los músculos del pecho. Repite la observación en esta posición, buscando alteraciones en la piel o el pezón.
2. Exploración manual de pie
- Usa las yemas de los tres dedos centrales de cada mano (índice, medio y anular) para palpar tus senos.
- Palpa cada seno con la mano contraria (mano derecha para el seno izquierdo y viceversa).
- Realiza movimientos circulares, presionando suavemente, pero con firmeza, en busca de bultos o endurecimientos. Asegúrate de cubrir toda la mama, desde la clavícula hasta la parte inferior del seno, y desde el esternón hasta la axila.
- Para facilitar la exploración, puedes hacerla mientras te duchas, ya que la piel mojada permite que los dedos se deslicen con mayor facilidad.
3. Exploración manual acostada
- Acuéstate en una superficie plana y coloca una almohada o toalla doblada bajo tu hombro derecho. Levanta el brazo derecho por encima de la cabeza.
- Con la mano izquierda, palpa el seno derecho utilizando movimientos circulares, de arriba hacia abajo o en líneas rectas, cubriendo toda la mama y la zona de la axila.
- Repite el proceso en el seno izquierdo, levantando el brazo izquierdo y palpando con la mano derecha.
- No olvides examinar los pezones. Aprieta suavemente cada pezón para verificar si hay secreciones inusuales, como sangre o líquido claro.
4. Palpación en las axilas
La zona de las axilas también debe ser explorada, ya que es donde se encuentran ganglios linfáticos. Usa los mismos movimientos suaves y circulares para detectar cualquier bulto o sensibilidad.
¿Qué cambios debes observar?
Es importante que conozcas lo que es normal en tus senos para que puedas detectar cualquier cambio. Aquí hay algunos signos a los que debes prestar atención:
- Bultos o endurecimientos en el tejido mamario o las axilas.
- Cambios en el tamaño o la forma de los senos.
- Hoyuelos o arrugas en la piel del seno.
- Enrojecimiento o descamación alrededor del pezón o la piel del seno.
- Secreciones inusuales del pezón, especialmente si es sangre o un líquido transparente.
- Dolor persistente en los senos o las axilas, que no esté relacionado con el ciclo menstrual.
¿Qué hacer si detectas un cambio?
Si notas alguna anomalía en la autoexploración mamaria, no entres en pánico. La mayoría de los bultos que se detectan en los senos no son cancerosos, pero es fundamental consultar a tu médico para una evaluación completa. Él o ella podrá realizar más pruebas, como una mamografía o una ecografía, para determinar si el cambio es benigno o requiere atención adicional.
Conclusión
La autoexploración mamaria es una herramienta valiosa para conocerte mejor y detectar posibles alteraciones en tus senos. Realizarla regularmente te ayudará a identificar cualquier cambio que pueda ser motivo de consulta médica. No olvides que este es un complemento, no un sustituto de las mamografías ni de las revisiones ginecológicas anuales. En nuestra farmacia, estamos disponibles para ofrecerte productos y asesoramiento sobre la salud mamaria. ¡Cuida de ti misma y mantente atenta a tu bienestar!