Barbacoa, pícnic o un sándwich… En época de buen tiempo y en especial en vacaciones, aumenta el número de comidas que hacemos al aire libre, ya que nos permiten disfrutar de los alimentos en un entorno agradable y natural. 

Las elevadas temperaturas del verano y el tiempo transcurrido entre que se prepara la comida y se consume, pueden favorecer el crecimiento microbiano y causar una toxiinfección alimentaria. Para evitarlo, hay que tener en cuenta unas normas básicas de higiene a la hora de conservar los alimentos, así como en la elaboración de las comidas. ¡Pon atención!

El traslado de los alimentos

Durante el desplazamiento al lugar donde vayamos a comer, pon la nevera en un lugar fresco del coche. Una vez llegues al destino, sácala del vehículo y colócala a la sombra. Para mantener el frío, no abras la nevera si no es necesario. 

Manipulación de alimentos fríos

Mantener la cadena del frío y respetar las normas de higiene durante la preparación y la conservación de la comida, ayuda a garantizar la seguridad de los alimentos. Para ello, llena la nevera portátil en el último momento y recuerda que los cubitos de hielo solo sirven para mantener la temperatura, no para enfriar. Una vez el hielo se ha derretido, los alimentos dejan de ser seguros. 

De igual manera ocurre para lácteos o postres a base de huevo: cremas, flanes, quesos frescos, natas, etc. Hay que conservarlos en frío hasta el último momento. 

Cuidado con el agua que bebes

Si hay una fuente, asegúrate antes de beber que se trata de agua potable. ¡No confundas agua limpia, con agua potable! 

Cómo cocinar y consumir los alimentos

No todos los alimentos son recomendables para hacer un pícnic en época de calor. Si vas a hacer la mítica tortilla de patatas, asegúrate de cocinar bien el huevo y de que le da tiempo de enfriarse antes del viaje. Asimismo, evita las salsas que lleven huevo. Conserva todos los alimentos frescos cerrados herméticamente y no los saques de la nevera hasta el momento de consumirlos. Lava bien los vegetales y las frutas. En su defecto, es recomendable pelarlas.

¿Y si hacemos barbacoa?

Si vas a hacer barbacoa, el primer paso es ver si está permitido hacer fuego en la zona  y época del año en que te encuentres. Una vez nos hemos asegurado de ello, prepara tu fuego poco a poco, deja que se hagan las brasas antes de poner la carne a cocina, sin soltar líquidos, lo que nos garantizará que hemos eliminado posibles gérmenes. Es importante que la carne esté bien cocinada. ¡Pero cuidado!, tampoco la torres demasiado, ya que esto favorece la aparición de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), los cuales son unas sustancias que pueden ser cancerígenas. Para evitarlo deja una buena distancia entre la llama y el alimento. Y por último, no mezcles carne cocinada con la cruda que haya sobrado.

Antes de irte

Recoge todos tus deshechos y observa bien si el fuego está completamente apagado. Además de ser respetuosos con  la salud y con las demás personas, este simple gesto, puedo evitar una tragedia ecológica.