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La alimentación es tan importante para nuestro organismo que dependiendo de lo que comemos podemos beneficiar o perjudicar a nuestro corazón.

¿Sabías que el consumo excesivo de grasas, azúcares y la ausencia de verduras, hortalizas, legumbres o pescado puede acabar jugándonos una mala pasada?

En cambio, si seguimos una dieta saludable y equilibrada podremos mantener a raya varios factores de riesgo cardiovascular, y de esta forma reducir las posibilidades de que la enfermedad cardíaca aparezca.

En especial, estaremos reduciendo de forma constante estas posibilidades cuando combinamos una buena alimentación cardiosaludable con rutinas deportivas frecuentes y evitamos hábitos nocivos como el tabaco o el consumo de alcohol.

Por eso, para mantener una buena salud cardiovascular tienen que estar presentes en nuestra mesa los productos bajos en grasas saturadas, colesterol, sodio, los ricos en fibra y ácidos grasos esenciales. Así, el aceite de oliva, las frutas y las hortalizas no tendrían que faltar nunca en nuestra dieta. Pero además, tenemos que incluir estos cinco alimentos en nuestro menú semanal si queremos mimar a nuestro corazón:

– Legumbres: sus propiedades como aliadas cardiovasculares son indiscutibles, puesto que, además de alimentarnos contienen hidratos de carbono de absorción lenta (en torno al 55%) y por lo tanto, de bajo índice glucémico.

Al ser ricas en proteínas, antioxidantes y fibra, previenen la obesidad, la diabetes y el estreñimiento entre otros.

– Pescados: compuestos de un 20% de proteínas de buena calidad, mucha agua y sobre todo de ácidos grasos omega 3, que son los mayores aliados para el corazón.

El pescado fresco es imprescindible para cuidar la salud cardiovascular.

– Verduras: una dieta rica en verduras eleva las concentraciones de potasio y de magnesio, que ayudan a protegernos contra los trastornos del ritmo cardíaco, al mismo tiempo que se reduce la ingesta de sodio.

– Cereales integrales: un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine concluyó que tomar cada día 28 gramos de cereales integrales reduce hasta en un 9% la mortalidad por enfermedad cardiovascular, un dato más que suficiente para incluir los cereals integrales en nuestra alimentación semanal.

– Una pequeña ración de frutos secos: aunque aportan bastantes calorías, son ricos en proteínas (10-30%) y en minerales de fácil absorción como potasio, calcio, fósforo, hierro y magnesio.

«El consumo de estos alimentos tiene que integrarse en una dieta variada, maximizando los beneficios de todos los alimentos de los cuales hemos hablado».

Gracias por vuestra visita y ¡hasta pronto!