La rosácea es una enfermedad crónica de la piel que afecta principalmente al rostro. Se presenta con mayor frecuencia en personas de piel clara y suele desarrollarse entre los 30 y 50 años, aunque puede afectar a cualquier persona, independientemente de la edad o el tono de piel.

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Enrojecimiento persistente en la zona central del rostro (mejillas, nariz, frente y barbilla).
  • Pequeños vasos sanguíneos visibles (telangiectasias).
  • Protuberancias y pústulas similares al acné.
  • Sensación de ardor o picazón en las áreas afectadas.
  • Engrosamiento de la piel en casos severos (especialmente en la nariz, conocido como rinofima).

La rosácea puede variar en su presentación y gravedad, y aunque no existe una cura definitiva, se pueden manejar los síntomas con el cuidado adecuado.

Factores desencadenantes

Identificar y evitar los factores desencadenantes es clave en el manejo de la rosácea. Algunos de los más comunes incluyen:

  • Exposición al sol: La radiación ultravioleta es un desencadenante importante. Es esencial el uso diario de protector solar con un alto factor de protección.
  • Temperaturas extremas: Tanto el calor como el frío pueden agravar la rosácea.
  • Comidas y bebidas calientes o picantes: Estos pueden provocar un enrojecimiento inmediato.
  • Estrés emocional: El estrés puede exacerbar los síntomas.
  • Alcohol: El consumo de alcohol, especialmente de vino tinto, es un conocido desencadenante.

Consejos para el cuidado de la piel con rosácea

El cuidado de la piel es fundamental para manejar la rosácea. Aquí te ofrecemos algunos consejos que puedes compartir con tus pacientes:

  1. Limpieza suave: Es fundamental utilizar limpiadores faciales suaves, libres de fragancias y alcohol. Evita los exfoliantes fuertes que pueden irritar la piel.
  2. Hidratación constante: Mantener la piel bien hidratada es crucial. Elige cremas hidratantes formuladas para pieles sensibles, preferiblemente con ingredientes calmantes como el aloe vera o la avena.
  3. Protección solar diaria: Recalca la importancia del uso diario de un protector solar de amplio espectro con un FPS alto (al menos 30). Opta por fórmulas específicas para pieles sensibles.
  4. Maquillaje adecuado: Recomienda el uso de maquillaje hipoalergénico y sin aceites. Las bases con tono verde pueden ayudar a neutralizar el enrojecimiento.
  5. Tratamientos tópicos y orales: En casos más severos, pueden ser necesarios tratamientos médicos. Los pacientes deben consultar con un dermatólogo para el uso de cremas con metronidazol, ivermectina o ácido azelaico, así como antibióticos orales si es necesario.

La rosácea es una condición que puede manejarse de manera efectiva con los cuidados adecuados y el uso de productos específicos. Como farmacéuticos, tenemos la oportunidad de asesorar a nuestros pacientes y ayudarles a elegir los productos que mejor se adapten a sus necesidades, mejorando así su calidad de vida. Si tienes dudas o necesitas más información sobre cómo manejar la rosácea, no dudes en consultar con nosotros. ¡Estamos aquí para ayudarte!