Buenos días, hoy os hablaremos de un elemento que está siempre en nuestras comidas y que un consumo excesivo puede ser perjudicial para nuestra salud. «La sal»
LA SAL O SODIO EMPEZÓ A UTILIZARSE
Hace muchos años en la conservación de alimentos. Con el paso del tiempo y la modernización de los sistemas de conservación alimentarios, la sal se utiliza para dar sabor a la comida. En la actualidad, la mayor parte de la sal que ingerimos, Un 80% aproximadamente, proviene de productos envasados y precocinados.
Las especias o hierbas aromáticas son potenciadores del sabor que sirven como sustitutos de la sal al elaborar los platos, una buena solución, ya que el consumo excesivo de sal se asocia a numerosos problemas de salud.
PROBLEMAS DE SALUD
El consumo excesivo de sal provoca numerosos problemas de salud. Tomar mucha sal hace que el organismo retenga líquidos, produciendo presión sobre las arterias, favoreciendo la aparición de la hipertensión arterial, una enfermedad que provoca hasta el 5% de las muertes por enfermedades cardiovasculares.
Al mismo tiempo es la principal causa de ictus o accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca e infartos.
Mucha sal dificulta la función de los riñones, los encargados de filtrar y depurar la sangre. Consumir sal, también es el factor para la eliminación de sodio por la orina, pero además de sodio, también se elimina calcio, hecho que puede provocar osteoporosis.
El consumo excesivo de sal se relaciona también con la retención de líquidos, que favorece la aparición de tumor de estómago y dificulta la función del aparato respiratorio. Entre otras enfermedades se encuentran el sobrepeso y la obesidad.
ALTERNATIVAS A LA SAL
Existen otras maneras de condimentar la comida. Podemos usar, por ejemplo, algunas especias o hierbas aromáticas, frescas o secas. El pimentón, el azafrán, el orégano o el romero son algunas de ellas. También se pueden emplear cebollas o ajos en la elaboración de nuestros platos, ya sean carnes o pescados.
Como alternativa, podemos utilizar alimentos que contienen sal en su composición de forma natural. Las anchoas, el atún o el queso pueden ser sazonadores naturales en muchos de los platos que solemos elaborar a diario.
El vinagre o el limón son otros potenciadores del sabor que pueden utilizarse en la preparación de alimentos.