Otoño es una época de cambios y necesitamos que nuestro cuerpo esté preparado para adaptarse. La mejor manera de facilitar esta adaptación es seguir un estilo de vida saludable: empezando con la alimentación, siguiendo con la actividad física y acabando con la gestión positiva de las emociones. Fisiológicamente el cuerpo también sufre cambios: está demostrado que en esta época disminuyen los niveles de serotonina, hecho que explica la sensación de cansancio y la carencia de energía.
Hoy trataremos el primer punto del que hemos hablado, la alimentación. De esta manera, mejoraremos nuestro sistema inmunitario para que nuestro organismo tolere de la mejor manera posible los cambios que produce el descenso de las temperaturas. Si cuidamos nuestro sistema inmunológico, tendremos más probabilidades de evitar infecciones y también complicaciones.
Para preparar nuestras defensas, tenemos que fortalecer energéticamente los pulmones y también los intestinos: es allá donde nuestro sistema inmunitario tiene un peso muy importante. Por otro lado, también nos podemos centrar en una alimentación alcalinizada: nos ayudará a fortalecer las defensas.
En cuanto a los alimentos en concreto podemos hablar de la remolacha, el apio y las legumbres que, aparte de reforzar el sistema inmunitario, también son una buena fuente de hierro y zinc.
También favorecerán las defensas los alimentos como por ejemplo las coles, los limones, las ciruelas umeboshi (muy ricas en ácido cítrico y con propiedades digestivas), y los alimentos de temporada. De estos últimos podemos destacar el nabo, los rábanos, la zanahoria, la cebolla, el jengibre, la calabaza y las algas que también ayudarán a reforzar el sistema inmunitario gracias a la presencia de vitaminas A, C y E a su composición.
Por otro lado, un alimento de temporada como por ejemplo las setas también se merecen una especial mención, concretamente los shitakes. Estas setas de origen japonés, refuerzan de manera específica el sistema inmunitario puesto que tienen un componente único para realizar esta función.
Paralelamente, en esta época ya empiezan a apetecer las sopas y los caldos calientes, y puede ser un buen motivo para descubrir el miso, un alimento muy completo que podemos introducir en las sopas de manera muy sencilla. Las enzimas que contiene este alimento facilitan la digestión y favorecen al mantenimiento de la flora intestinal, potenciando de esta manera el buen funcionamiento del sistema inmunitario.